Jueves 17 de julio de 2014 – 11:00 PM
AFP
Los restos de decenas de cuerpos despedazados yacen
en los campos de trigo que rodean el lugar en el que se estrelló el jueves en
Ucrania el avión de línea de la Malaysia Airlines, con 298 personas a bordo.
A un lado de la pequeña carretera, se ve un trozo de
la cola del avión con los colores de la Malaysia Airlines. Del otro lado, los
socorristas van acumulando maletas, bolsas y objetos personales.
"La vista no es agradable", lanza un
miliciano separatista prorruso. En la cuneta se ven los armazones de dos
asientos del avión. Dos torsos siguen atados por los cinturones de seguridad.
En todo los campos de los alrededores, se encuentran
decenas de cuerpos, a menudo despedazados. En medio de la pequeña carretera, un
pie arrancado da una idea de la violencia del choque.
El avión se desintegró y se han encontrado restos
incluso en un pueblo a 10 km de distancia, explican los habitantes. "Me
había quedado dormida, debían ser las 16h00", dice Katia, de 62 años.
"Hubo un ruido enorme y una sacudida como un sismo", explica.
Un reactor, un tren de aterrizaje y un gran trozo
del fuselaje cayeron en el campo justo en frente de su granja. Siguen
consumiéndose por partes y desprenden un fuerte olor a queroseno. Se ha cortado
el paso al camino en el que cayeron.
"Me escondí en el sótano con mi bebé",
dice Natalia, de 36 años. Su marido, Alexandre, 43 años, muestra la valla de
madera de la granja, enegrecida por las llamas. "Las uvas de las viñas
también se quemaron, hemos tenido mucha, mucha suerte", dice.
Cuando oyeron una primera explosión, el avión seguía
en el aire, pero ya se estaba desintegrando. La guerra entre los separatistas y
las fuerzas ucranianas no había afectado su aldea. Pero durante los combates de
los últimos días en las localidades un poco más al este, más cercano a la
frontera rusa, vieron sobrevolar los cazas ucrananios.
- Ningún sobreviviente -
"Pobre gente", suspira Natalia.
"¿Acaso cree que entenderían algo de esta guerra en Ucrania? Si nosotros
mismos no entendemos nada", dice.
Los primeros auxilios llegaron una veintena de
minutos después del accidente, pero sin esperanza de encontrar sobrevivientes.
Los bomberos locales se muestran impotentes ante la
amplitud de la catástrofe como da testimonio las dos lanzas de incendio
colocadas en el campo.
"Los jefes tiene que instalar un cuartel
general y decirnos lo que tenemos que hacer, y entonces lo haremos", dice
uno de ellos. No tienen ni grupo electrógeno ni equipo de iluminación. Utilizan
las luces de sus camiones. Por todas partes de los campos yacen todavía las
víctimas del vuelo de la Malaysia Airlines.
Oleg, combatiente separatista, explica haber
encontrado 13 cuerpos. "No veo cómo podría haber supervivientes, estaban
despedazados", señala.
"No sé cómo cayó el avión, pero somos
combatientes, no terroristas", dice, en respuesta a las acusaciones de que
el aparato fue alcanzado por un misil de los separatistas. La zona del impacto
está a unos 25 km de la frontera rusa.
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