AFP
Un
exfuncionario municipal de una humilde ciudad de mayoría hispana de California
(oeste de Estados Unidos) fue condenado el miércoles a 12 años de cárcel por
ser el cabecilla de una trama de corrupción que desvió decenas de millones de
dólares.
Robert
Rizzo, de 60 años, fue desde 1992 el administrador de Bell, una localidad
situada a 10 kilómetros al sur de Los Ángeles donde el 93% de los habitantes es
de origen latinoamericano y el ingreso medio es la mitad del ingreso medio
estadounidense.
Al inicio de
su gestión, Rizzo percibía 300.000 dólares anuales, pero en 2009 cobró 1,37
millones gracias a aumentos que se asignó.
El Tribunal
Superior de Justicia de Los Ángeles estableció en su veredicto que el
exfuncionario deberá devolver al ayuntamiento 8,8 millones de dólares.
"Señor
Rizzo, usted hizo cosas muy muy malas durante mucho tiempo", le dijo la
jueza Kathleen Kennedy.
"He
traicionado la confianza de los ciudadanos", reconoció Rizzo en un
comunicado antes de oír la sentencia. La justicia le acusaba de 69 delitos.
"Lo siento mucho y pido perdón", agregó el contable.
Rizzo fue
condenado además el lunes a 33 meses de prisión por fraude fiscal, pena que
podrá purgar al mismo tiempo que la otra, tras recibir la autorización de la
jueza Kennedy.
El caso
salpicó a una decena de funcionarios municipales de Bell y conmocionó a todo el
país por la magnitud de la trama.
Entre sus
cómplices estaban su secretaria, Angela Spaccia, que recibía 336.000 dólares al
año. La semana pasada fue sentenciada a 11 años y ocho meses de cárcel y deberá
devolver 8 millones de dólares a Bell.
El exalcalde,
Óscar Hernández, fue condenado el año pasado junto a dos funcionarios. Otros
cinco acusados aguardan todavía su sentencia.
La
investigación determinó que entre 1993 y 2010, el consejo municipal aprobó 16
aumentos salariales para Rizzo. En 2007, el incremento fue del 47%. En 2003,
los consejeros municipales también acordaron subirse el salario un 16% cada
año.
Además,
alrededor de 1,2 millones de dólares fueron desviados y declarados como gastos
de reuniones que nunca se realizaron.
"El
poder corrompe y el poder absoluto corrompe totalmente", manifestó
Violleta Alvarez, actual consejera municipal de la localidad. "Y es lo que
sucedió en Bell", remató.
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