Beirut (AFP)
Poco antes de morir en un atentado con coche bomba en
Beirut, el adolescente libanés Mohamad Al Chaar posó para un 'selfie' con sus
amigos que dio origen a una pequeña campaña de protesta entre ciudadanos
libaneses.
Varios jóvenes comenzaron a publicar decenas de 'selfies'
(autorretrato fotográfico), en Facebook y Twitter, para las que posaron con un
mensaje y que acompañaron del 'hashtag' o palabra clave #notamartir ('No soy un
mártir', en inglés), para denunciar el ciclo de violencia en Líbano.
En Oriente Medio, es frecuente denominar 'mártir' a las
víctimas de una muerte violenta, incluso cuando fallecen por causas que no
defienden.
El sunita Mohamad Al Chaar, de 16 años, murió en un atentado
con coche bomba dirigido contra el político Mohamed Chatah, hostil al régimen
sirio, el pasado 27 de diciembre. Poco antes de la explosión, había posado para
un 'selfie' con sus amigos. Al día siguiente, sucumbió a las heridas.
Casi una semana después, se publicó en Twitter el 'selfie'
de un chiita de 17 años, Malak Zahwi, que murió en otro atentado con coche
bomba en la periferia de Beirut.
"No podemos seguir aceptando esta violencia. No podemos
dejar que los horrores permanentes nos insensibilicen", dice la página de
Facebook 'Not a Martyr', lanzada ante el impacto por la muerte de Mohamad.
"Somos víctimas, no mártires", se señala.
Más de 7.000 personas hicieron clic en 'Me gusta' y cientos
de personas publicaron sus 'selfies' en esta página.
"Como futuro médico espero que ninguno de mis pacientes
sea víctima de la guerra, las bombas, la política o la religión", dice uno
de los jóvenes.
Dejar de hacer como si no pasara nada
La joven Dyala Badrane, de 25 años y residente en Beirut,
fue una de las primeras en responder a la campaña, con un 'selfie' publicado en
Twitter el 30 de diciembre con el mensaje "Quiero que los asesinos sean
llevados ante la justicia".
Dyala cuenta que, tras la muerte de Chaar, "estaba
realmente furiosa de que se hablara de él como un mártir, pues para mí no lo
es, es simplemente una víctima de un asesinato".
Con su mensaje, deseaba cuestionar también la llamada
cultura de la "banalización" en Líbano, donde la población, marcada
por 15 años de guerra civil y decenas de atentados, ha aprendido a seguir con
su vida con normalidad tras cada incidente.
Líbano está además muy dividido entre partidarios y
detractores del presidente sirio, Bashar Al Asad. La explosión que truncó la
vida de Mohamad y de otras seis personas forma parte de una larga serie de
atentados relacionados con el conflicto en el país vecino, en el que algunos
libaneses se han implicado directamente.
"Seguimos viviendo como si no pasara nada. Eso se
supone que muestra resiliencia, pero no es el caso, es una banalización de esta
peligrosa violencia", apunta Dyala.
Para Carina Aoun, "el martirio es una elección. Se
puede elegir ser un mártir o no. Pero no se puede llamar 'mártir' a alguien que
murió por error, pues la víctima no tuvo la elección", dijo esta mujer, que
partió de Líbano para instalarse en Dubái hace dos años.
Dyala reconoce que hay pocas posibilidades de que haya un
cambio a corto plazo, pero "si seguimos hablando de estos problemas, puede
que nos ayude a actuar".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario