Bogotá (AFP)
Un cese al fuego unilateral de 30 días anunciado por las
FARC arranca este domingo en Colombia, tras una semana agitada en que los
diálogos de paz entre guerrilla y gobierno se vieron enturbiados por la
destitución del alcalde de Bogotá, el izquierdista Gustavo Petro.
El gobierno de Juan Manuel Santos no se plegó a la tregua,
prevista hasta el 15 de enero de 2014 como un gesto de buena voluntad hacia los
diálogos.
El alto al fuego llega luego de que esta semana el anuncio
de destitución de Petro, un exguerrillero del M-19 que hizo carrera política
tras abandonar las armas, fuera percibido como una amenaza al proceso de paz
que se desarrolla desde hace un año en La Habana.
La Procuraduría colombiana, un órgano autónomo de control
para servidores públicos, anunció el lunes la destitución e inhabilitación de
Petro por 15 años por haber actuado con dolo en la reforma del sistema de
recolección de basura.
La sanción fue tildada por las FARC como un "grave
golpe" contra los diálogos, pues afecta "la confianza y la
credibilidad" en las instituciones y constituye un "atentado contra
el establecimiento de una verdadera democracia en Colombia".
El mismo Petro, que sigue en su cargo hasta que haya una
decisión en firme sobre su caso, dijo en entrevista a la AFP esta semana que su
destitución es "un mensaje que busca sabotear la posibilidad de que se
acabe la guerra".
"Es un mensaje directo para La Habana y así ha sido
captado, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas)
están sintiendo que las están engañando", expresó el alcalde, que ha
recibido el apoyo de miles de personas en las calles tras el anuncio de su
destitución.
Igualmente, el fiscal general Eduardo Montealegre, que
revisa la sanción contra Petro, dijo a la AFP que la decisión de la
Procuraduría va a tener un "impacto muy grande en el proceso de paz".
"Cuando se está tratando de construir una solución
pacífica (...) hay un elemento muy importante de construcción de confianza
entre el Estado colombiano y la insurgencia. Esa construcción de confianza
parte o tiene un elemento importante, que es la seguridad jurídica" que
garantiza a las FARC que va a poder participar en la vida democrática, explicó.
La analista política Laura Gil, sin embargo, dijo no creer
"que la destitución de Petro vaya a trabar un proceso de paz que ya cogió
una dinámica propia" y que "no se va a interrumpir a menos de que
ocurra algo extraordinario".
"Lo que podría haber es alguna complicación porque se
manda la señal de que son necesarios cambios constitucionales de fondo, una de
las exigencias que ha hecho las FARC" y que el gobierno rechaza, explicó
Gil, refiriéndose por ejemplo al debate que ha surgido en el país sobre la
necesidad de redefinir las funciones de la Procuraduría.
Así, y a pesar del ruido, las FARC mantienen la medida de
cese unilateral al fuego.
Esta es la segunda tregua que decreta las FARC desde el
inicio de los diálogos y establece que solo emplearán sus armas para responder
a "operaciones enemigas".
El primer alto al fuego se extendió del 20 de noviembre de
2012 al 20 de enero de 2013, sin que tampoco fuera correspondido por el
gobierno.
Las FARC y el gobierno discuten actualmente en La Habana el
tercero de cinco puntos en agenda: las drogas ilícitas. Esto, luego de que
llegaran a acuerdos sobre el desarrollo agrario y la participación política de
la guerrilla.
El abandono de las armas y la reparación a las víctimas son
los otros dos temas pendientes.
Las FARC, con entre 7.000 y 8.000 combatientes, son la
principal guerrilla de Colombia y la más antigua de América Latina, con cerca
de medio siglo de lucha armada contra el Estado.
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