18/12/2013
Berlín (AFP)
La conservadora Angela Merkel, de 59 años, hija de un pastor
que vivió en la Alemania comunista, confirmó este martes su estatuto de
"mujer más poderosa del mundo" al ser elegida por tercera vez jefa
del gobierno alemán.
Sólo sus ilustres predecesores conservadores Konrad
Adenauer, primer canciller de la posguerra en la República Federal Alemana, y
Helmut Kohl, canciller de la reunificación, habían logrado tres mandatos.
La dirigente de la primera economía europea había ofrecido a
su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), una rotunda victoria en las
elecciones legislativas de septiembre pasado.
La CDU y su aliado de Baviera, la Unión Social Cristiana
(CSU), obtuvieron un 41,5% de votos.
Hija de un pastor protestante, casada dos veces y sin hijos,
Merkel confirmó de esa manera su inmensa popularidad.
Después de ocho años al timón del país considerado el motor
de Europa, Merkel se muestra preparada para dirigir su país otra vez más, sin
que su imagen haya dado muestras de sufrir el desgaste del poder y las
embestidas de la crisis económica mundial.
Nacida y formada en la ex-RDA, donde obtuvo un diploma de
física, la líder conservadora es llamada a veces "la canciller de
hierro", por su férrea defensa de las políticas de austeridad.
Pero los alemanes la apodan también 'Mutti' ('Mamá'), porque
les inspira una gran seguridad, en medio de las tempestades europeas.
Merkel es una de las líderes más respetadas en el mundo,
pero también una de las más criticadas: en el extranjero, su figura irrita e
incluso indigna.
Manifestantes coléricos han protestado en las calles de
Atenas, Lisboa y Madrid, responsabilizándola por los recortes presupuestarios
que, afirman, están ahogando las economías de sus países, y disparando la tasa
de desempleo.
Muchos griegos la detestan y la acusan de querer poner de
rodillas Grecia, para explotarla mejor.
"¡Merkel, fuera!", han gritado en marchas y
protestas millares de manifestantes en esas capitales. Algunos incluso llevan
carteles con caricaturas de Merkel, a la que pintan con un bigote estilo Hitler
y vestida con uniforme nazi.
"Estoy determinada a ver que Europa emerge más fuerte
de la crisis", insiste Merkel, dentro y fuera de su país. "Alemania
sólo puede ser fuerte con una Europa fuerte", repite, una y otra vez, la
canciller, asegurando que Berlín no aspira a ejercer una hegemonía sobre la
Unión Europea.
Su biógrafo, Gerd Langguth, resalta que aunque Merkel está
siempre bajo la luz de los reflectores, sigue siendo un enigma. Es "una
esfinge", que aprendió de sus años bajo la dictadura de Alemania del Este,
afirma.
De niña, Angela Dorotea Kasner —la primera mujer que dirige
Alemania y la primera desde Margaret Thatcher al mando de un gran país europeo—
soñaba con convertirse en una patinadora artística.
Y ocho años después de su ascenso al poder, también gracias
a una alianza entre la CDU y los socialdemócratas, la gran popularidad de
Merkel no tiene precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
"Se ha convertido en una especie de madre de la
nación", explica el politólogo Oskar Niedermayer. Merkel "encarna al
común de los mortales [...] y eso le gusta a la gente", comentó.
Amante de la ópera, del vino tinto francés y de las
caminatas en las montañas italianas, Merkel, que hace ella misma sus compras en
un supermercado barato, proclama que su modelo es la ama de casa alemana,
símbolo de la austeridad y el autocontrol.
Su esposo, el profesor de química Joachim Sauer, con quien
Merkel se casó en 1998, no se queda atrás en su modestia. Es tan tímido que no
asistió a la ceremonia de toma de poder de su esposa en 2005.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario