ELISABET SANS Ámsterdam 11 NOV 2013 -
00:02 CET
Si los
cantantes de éxito con millones de seguidores suelen tener personalidades
excéntricas e incluso pueden parecer de otra galaxia, ¿por qué no celebrar una
entrega de premios con un ambiente de lo más extraterrestre? MTV prometía una
gala de los Europe Music Awards con fiesta, diversión y un toque alienígena, y
así lo hizo anoche desde el minuto uno, dejando claro una vez más que la cadena
musical americana siempre juega a lo grande cuando se trata de organizar
eventos musicales y que son especialistas en crear grandes momentos
televisivos.
La noche en
el recinto Ziggo Dome de Ámsterdam empezó fuerte, con la galáctica actuación de
Miley Cyrus descendiendo en una nave espacial de la que salían chispas desde lo
alto del recinto para interpretar su canciónWe can't stop. Enfundada en un
ajustado traje gris metalizado, enloqueció a los fans con sus controvertidos
movimientos twerk. Pero en su segunda actuación, con Wrecking ball,
les enmudeció. Cero coreografía, nada de extravagancias, solo su voz,
probablemente para que por una vez si se hablase de algo solo fuera de su voz.
Cuando parecía que iba a ser así, volvió la polémica Miley: al final de la
noche, cuando recogió el premio al mejor vídeo por Wrecking ball, se
encendió un ¿cigarrillo? Y estando en Ámsterdam, saltaron las alarmas. Quizá
porque los premios se celebraron en una ciudad donde hay más bicicletas que
habitantes, y donde el cannabis es legal.
Otra de las
polémicas vino del triunfador de los EMA. Tras una actuación no anunciada —la
más larga—, Eminem agradeció su premio como icono global con una frase que
encendió Twitter: “¿Ha dicho math(matemáticas) o meth(metanfetamina)?”,
fue la pregunta de la noche tras su agradecimiento. El EMA como mejor artista
hip-hop convirtió al deslenguado rapero en el ganador de unos premios que
estuvieron muy repartidos. A los fans de Justin Bieber, ausente en la gala, no
les sorprendió que se llevara el premio a mejor artista masculino por cuarto
año consecutivo. Sí pareció sorprendida Katy Perry cuando escuchó su nombre en
la categoría femenina y no el de Lady Gaga o Miley Cyrus. Con su canción Unconditionally,
volando a diez metros de altura, la actuación de Katy Perry fue uno de esos
momentos mágicos que siempre deja en la memoria una ceremonia de premios de la
MTV.
Galardones
repartidos pero los nombres esperados: Miley Cyrus ganó su primer MTV EMA; Locked
out of heaven de Bruno Mars se llevó el premio a la mejor canción;
mientras que las directioners de todo el mundo celebraron el triunfo
de One Direction como mejor artista pop. El perdedor de la noche fue el
cantante y actor Justin Timberlake, quien partía como favorito con cinco nominaciones
y en ninguna ocasión se escuchó su nombre.
Como parte
esencial en toda entrega de premios que se precie, lo primero fue una larga
alfombra morada —la organización pidió 3.000 metros cuadrados— por la que
desfilaron los ídolos musicales de la mayoría de adolescentes (y no tan
adolescentes). Por supuesto no faltaron los encargados de poner música a la
velada, como The Killers, Robin Thicke, Kings of Leon, Icona pop o Bruno Mars,
además de los ya mencionados. Eso sí, no tuvieron que aguantar el frío de la
ciudad del mundo que tiene más museos por metro cuadrado porque todos pudieron
desfilar con sus modelitos a cubierto. Unos minutos previos que sirvieron para
conocer a los dos primeros ganadores de la noche: Tokio Hotel se llevó el EMA a
los mejores fans (premio que se han autorregalado los propios fans, que son
quienes han votado a través de la Red) y Harry Styles, miembro del grupo de
adolescentes One Direction, el de mejor look.
Y en estos
premios los fans son clave: ellos deciden a alguno de los ganadores con sus
votos a través de Internet en categorías como mejor canción, mejor artista
revelación o mejor directo. Incluso al cantante que tiene a la mejor legión de
fans. Ellos también son parte del espectáculo. Pocos fueron los escogidos para
animar el foso entre los más de 1.000 habitantes de la ciudad que se
presentaron a tres castings llevados a cabo hace una semana para
demostrar sus habilidades animando y ganarse así una entrada para este domingo
(algunos de ellos gracias a sus disfraces galácticos). En total, 292 millones
de votos emitidos, según datos que proporcionó la propia cadena.
Si la noche
era una fiesta para los fans, detrás de las bambalinas había organizado un
fiestón, regado con 3.000 botellines de cerveza, 300 botellas de vino, 85 de
vodka, 48 de ron, 30 de whisky, 2.160 coca-colas y el mismo número de bebidas
energéticas, 1.200 latas de Sprite y la misma cantidad de agua con gas. Además
de tener organizado en elbackstage un spa para ofrecer a
presentadores y artistas masajes rejuvenecedores de cabeza, cuello y hombros.
Ganadores y
actuaciones a parte, está claro que una de las estrellas de la noche fue el
histriónico maestro de ceremonias escogido para esta edición, la primera que se
celebra en esta ciudad con 165 canales a pesar de que el año que viene los EMA
cumplen 20 años. Simpático y bromista, en su primera aparición la ropa le duró
cuatro minutos puesta para quedarse en un diminuto bañador para hacer gala de
sus característicos movimientos de cadera al estilo shuffle. El exmiembro del
grupo LMFAO se convirtió anoche en el presentador de los MTV EMA que más veces
se ha cambiado de ropa durante la gala. El colofón final de la noche era
previsible, a RedFoo se lo llevaron los aliens.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario