Washington
(AFP)
Médicos y
otros profesionales de la salud han sido cómplices de malos tratos en cárceles
del Pentágono y de la CIA, donde se cometían los abusos, dejando de lado sus
obligaciones éticas, acusa un informe independiente publicado este lunes.
La CIA tildó
de "erróneas" las conclusiones y el Pentágono las tachó de
"absurdas".
Este estudio
de dos años titulado 'La ética abandonada: profesionalismo médico y abuso de
los detenidos en la guerra contra el terrorismo', reclama una investigación de
la Comisión de Información del Senado de Estados Unidos. "El Ministerio de
Defensa y la CIA exigieron de manera abusiva a (sus) profesionales de salud que
colaboraran en operaciones de informaciones y seguridad de tal manera que
infligieron graves sufrimientos a los reclusos", subraya el informe.
Entre las
prácticas, el estudio realizado por 20 expertos jurídicos, médicos y militares
señala la "concepción, participación y aplicación de torturas y
tratamientos crueles, inhumanos y degradantes" a hombres detenidos en
cárceles estadounidenses en Afganistán, Guantánamo o lugares secretos de la
CIA.
"En
nombre de la seguridad nacional, los militares desviaron el juramento (de
Hipócrates) y los médicos fueron transformados en agentes de información",
fustiga el doctor Gerald Thomson, profesor de medicina de la universidad
Columbia.
Leonard
Rubenstein, profesor de Derecho de la Salud Pública en la universidad
Johns-Hopkins, citó la alimentación forzosa de los huelguistas de hambre en
Guantánamo, los interrogatorios enérgicos y las simulaciones de ahogamiento de
sospechosos de terrorismo en las cárceles secretas de la CIA.
Médicos y
enfermeras "legitiman esas prácticas con su presencia y diciendo que son
médicamente aceptables", declaró a la AFP, y afirmó que esos abusos con
cobertura médica "no están detrás nuestro en este país".
A preguntas
de AFP, la CIA estima que este informe "contiene inexactitudes graves y
conclusiones erróneas". "Es importante resaltar que la CIA ya no
tiene ningún preso y el presidente Obama decretó el cierre el programa de
detención e interrogatorio en 2009", declaró su director de comunicación,
Dean Boyd.
Idéntica
reacción del Pentágono, cuyo portavoz Todd Breasseale precisó a AFP que
"ninguno de los detractores tuvo acceso de hecho a los detenidos, a sus
informes médicos ni a los procedimientos" en la prisión de Guantánamo.
Breasseale
saludó la gran profesionalidad de los médicos que trabajan "en condiciones
de gran estrés" y dan "los mejores cuidados que nunca han tenido los
detenidos".
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