El Cairo (AFP)
Algunos militantes de movimientos laicos denuncian la vuelta
a un régimen autocrático en Egipto, tras la promulgación de una ley que
restringe el derecho a manifestarse y la condena de unas jóvenes islamistas que
irritó incluso a los partidarios del ejército.
Los militares, el verdadero poder en el país, si bien
formalmente se designó a un gobierno integrado por civiles, siguen siendo muy
populares, ya que muchos egipcios prefieren darle prioridad a la estabilidad,
en un momento de deceleración económica, que a las manifestaciones callejeras.
No obstante, incluso partidarios del gobierno instalado por
los militares que derrocaron al presidente islamista Mohamed Mursi, así como
militantes laicos que pensaban que el ejército era un mal menor que Mursi,
consideran que la ley que prohíbe las manifestaciones, salvo cuando la policía
las autoriza, va demasiado lejos.
Desde el derrocamiento de Mursi, en julio, el ejército ha
llevado a cabo una represión implacable contra los islamistas.
Este jueves, un día después de que se condenara a penas de
cárcel a 21 partidarios de Mursi, un tribunal absolvió a tres oficiales de la
policía acusados de haber torturado a cinco prisioneros islamistas bajo la
presidencia de Hosni Mubarak, quien debió abandonar el poder en 2011, tras
meses de manifestaciones opositoras.
El miércoles, catorce mujeres miembros de la cofradía de
Mursi, los Hermanos Musulmanes, fueron condenadas a 11 años de cárcel por
pertenecer a una "organización terrorista", al igual que otras siete
acusadas, todas menores de edad.
El miércoles, la justicia egipcia ordenó el arresto de dos
conocidos militantes opositores, Ahmed Maher, fundador del movimiento del 6 de
abril -vanguardia de la revuelta de 2011, que apartó del poder a Mubarak- y
Alaa Abdel Fatah, por haber "incitado a manifestarse contraviniendo la
ley" promulgada el domingo.
El nacionalista de izquierda Hamdeen Sabahi, quien fue
candidato a la elección presidencial ganada por Mursi en junio de 2012 y ocupó
el tercer lugar en estos comicios, pidió al presidente interino que perdonara a
las siete menores condenadas. "Llamo al presidente Adly Mansur a usar su
poder para perdonar a las chicas condenadas a 11 años", afirmó Sabahi.
Refiriéndose a estas condenas, Mohamed Sayed, camarero en un
bar de las afueras de El Cairo, estimó que muestran "que los egipcios no
tenemos derechos".
Gehad Gemal, un empleado de una aseguradora, dijo que lo
decidido por el tribunal hace recordar lo que ocurría durante la presidencia de
Mubarak, quien permaneció en el poder durante tres décadas, hasta que las
manifestaciones masivas lo obligaron a abandonarlo. "Estas condenas nos
retrotraen a la época de Mubarak, con restricciones de los derechos
políticos", declaró, aclarando que era un opositor a Mursi.
El gobierno no revisará la ley que restringe los derechos de
los manifestantes y que planea aplicarla al pie de la letra, dijo a la AFP un
miembro del gabinete.
"En los últimos tres años, la brutalidad policial ha
sido la causa de desórdenes políticos. Se sigue atravesando el mismo
ciclo", lamentó Isadr El Amrani, de la ONG International Crisis Group.
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