Ascienden a 94 los inmigrantes indocumentados que han
muerto, mientras que más de 250 están desaparecidos, tras el naufragio de la
barcaza en la que viajaban unas 500 personas y que intentaba llegar a la isla
italiana de Lampedusa, al sur de Sicilia, informaron hoy fuentes de los equipos
de rescate.
Entre los muertos hay cuatro niños, añadieron dichas
fuentes, y es posible que se encuentren más cadáveres en las próximas horas.
La alcaldesa de la isla, Giusi Nicolini informó a los medios
italianos de que, entre los supervivientes, las fuerzas del orden han
detenido a una persona que creen puede ser el traficante que les llevaba.
«Se trata de una tragedia inmensa», añadió Nicolini, quien
explicó que los supervivientes han relatado que llevaban varias horas en alta
mar y que no conseguían llamar para ser rescatados por lo que decidieron
encender un fuego para ser localizados. La barcaza después se incendió,
muchos inmigrantes tuvieron que arrojarse al mar y posteriormente volcó, agregó
la alcaldesa.
«Es un horror.
No dejan de llegar barcos y descargar muertos. Los medios de
comunicación tienen que venir a ver esto. Es impresionante», agregó la
alcaldesa entre lágrimas mientras hablaba por teléfono con algunas
televisiones.
El responsable de la Agencia Sanitaria de Palermo, Antonio
Candela, que coordina las operaciones de asistencia a los inmigrantes
rescatados, informaba de que se han rescatado 150 personas, entre
ellas decenas de niños, alguno de pocos meses, y mujeres embarazadas. Candela
explicó que las condiciones de los supervivientes eran buenas y que aunque
algunos surgían síntomas de hipotermia ninguno había necesitado ser
hospitalizado.
Los inmigrantes han explicado que proceden de Eritrea y
Somalia,que eran entre 450 y 500, y que habían salido de las costas de Libia.
En la operación de rescate intervienen con varias lanchas la
Guardia Costera italiana y la Policía de Finanza y Fronteras italiana (Guardia
di Finanza), pero también pesqueros y barcas privadas.
Durante la noche había llegado a la isla una barcaza con 463
inmigrantes indocumentados a bordo, que fueron trasladados al centro de acogida
de Lampedusa, que empieza a desbordarse ya que ayer estaba al máximo de su
capacidad, 700 personas.
El Papa Francisco: «Es una vergüenza»
El Papa Francisco, que viajó el pasado 8 de julio
a la isla para denunciar la «indiferencia global» ante la muerte de miles de
inmigrantes africanos, ha calificado hoy de «vergüenza» el naufragio y ha
llamado a los creyentes a rezar por ellos y por «todos los refugiados» del
mundo.
Al final de un discurso en el que ha evocado la encíclica
«Pacem in Terris» (1963) del Papa Juan XXIII, el Papa ha añadido: «No puedo dejar
de recordar a las numerosas víctimas de este enésimo naufragio.La palabra
que me viene a la cabeza es la de vergüenza. Es una vergüenza», ha
dicho. «Recemos a Dios por quienes han perdido la vida, ¡hombres, mujeres,
niños! Recemos a Dios por sus familias y por todos los refugiados (...). Solo
una determinada colaboración puede evitar tragedias así», ha añadido.
La CE recuerda que hay «fondos disponibles»
El comisario europeo de Política Regional, Johannes Hahn, ha
calificado de «tragedia» el suceso y ha recordado que existen «fondos
disponibles para poder abordar estos problemas». «En nombre de la Comisión, las
instituciones europeas y en particular de mis colegas me gustaría expresar
nuestra tristeza por los acontecimientos en Lampedusa», ha manifestado en rueda
de prensa el comisario.
«Europa en su conjunto tiene una responsabilidad sobre esta
cuestión», ha defendido el comisario, preguntado sobre qué puede hacer la
Comisión o si se trata de un problema a resolver a nivel nacional.
Se trata de una nueva tragedia de la inmigración en las
últimas semanas, después de que trece indocumentados fallecieron el pasado 30
de septiembre después de haber sido obligados por los traficantes a saltar de
la barcaza en la que viajaban a pesar de que no sabían nadar y había un fuerte
oleaje.
El grupo de 200 inmigrantes fue obligado a tirarse al mar a
pocos metros de playa del «Pisciotto» de la localidad de Scicli, en la
provincia de Ragusa, Sicilia.
El pasado 10 de agosto, otros seis indocumentados, entre
ellos un menor de edad, fallecieron al intentar alcanzar a nado la costa de
Sicilia tras haber encallado el pesquero en el que viajaban junto a un centenar
de inmigrantes procedentes de Siria y Egipto.
Más de 22.000 inmigrantes han llegado hasta las costas
del sur de Italia este año, tres veces más que en todo 2012.
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