Brasilia (AFP)
Brasil despidió a un agente secreto sospechoso de entregar
información a la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA), informó este
domingo el diario brasileño O Estado de Sao Paulo.
La revelación se produce en medio de las denuncias
periodísticas sobre el espionaje practicado por Estados Unidos a autoridades,
empresarios y ciudadanos brasileños.
De acuerdo con O Estado, el agente brasileño entregó a un
colega de la CIA, a mediados de 2012, información referida a la labor que
realizaba en la triple frontera Brasil-Argentina-Paraguay, considerada por los
Estados Unidos como un lugar por donde ingresan recursos para grupos radicales
de Oriente Medio.
El funcionario de la CIA, cuyo nombre se mantuvo en reserva,
tenía un puesto diplomático y trabajaba en la embajada de Estados Unidos en
Brasilia.
Según el periódico, la Agencia Brasileña de Inteligencia
(Abin) teme que su exagente haya proporcionado a la CIA una lista con
informantes infiltrados en la importante comunidad árabe radicada en esa zona.
El agente brasileño, cuya identidad tampoco se reveló, fue
detectado accediendo a información reservada que no tenía necesidad de conocer,
cuenta el diario citando fuentes de inteligencia.
Luego, en una maniobra de contrainteligencia, fue seguido y
captado almorzando con el agente de la CIA. La conversación entre ambos fue
grabada.
El brasileño asistió a un segundo encuentro que ambos tenían
programado, pero el estadounidense no se presentó, ya que fue súbitamente
removido del cargo y abandonó el país en agosto de 2012.
Fuentes de inteligencia citadas por O Estado dicen que el
agente de la CIA debió darse cuenta que fue descubierto, y dejó Brasil para
evitar problemas diplomáticos.
En reserva, el Gobierno brasileño pidió explicaciones a
EEUU, señaló el matutino. En tanto, para eludir un escándalo, le recomendó al
agente brasileño que pidiera su baja, lo que ocurrió a fines del año pasado.
Según documentos entregados por el exasesor de inteligencia
estadounidense Edward Snowden, y difundidos en los últimos meses por la prensa
brasileña, la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos(NSA) intervino
las comunicaciones de la presidenta Dilma Rousseff, de sus colaboradores más
cercanos, de la gigante petrolera estatal Petrobras y de millones de ciudadanos
del país.
Rousseff condenó el espionaje ante la Asamblea General de la
ONU y suspendió una visita de Estado a Washington programada para este mes de
octubre.
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