Domingo
12 de julio de 2015 – 02:00 PM
Tegucigalpa,
Honduras - Romper el “círculo vicioso” que forman la corrupción y la
impunidad, es uno de los retos que deben enfrentar todos los hondureño, según
se destaca en un informe especial sobre “la situación de tensión social” que se
vive en Honduras, divulgado por el estatal Comisionado Nacional de los Derechos
Humanos (CONADEH)
El
reto que enfrentamos, según el CONADEH, es romper ese “círculo vicioso”
que forman en el país, la corrupción, la impunidad, la
desconfianza, la violencia y la inseguridad, atacando las causas de la
criminalidad.
Recomienda
que se deben ofrecer medidas en el ámbito social, con educación, trabajo,
participación de la población, salud y otras que mejoren las condiciones de
vida de los habitantes en el país.
Roberto
Herrera Cáceres, titular del CONADEH, declaró que el Plan de Acción “Vanguardia
de la Dignidad Humana”, que impulsa desde enero de 2015, tiene como uno
de sus objetivos el impulso a la democracia efectiva dentro del Estado de
Derecho.
En
el mismo se contempla defender el imperio de la Constitución y las leyes, dar
seguimiento al proceso de depuración de los operadores de justicia, impulsar la
buena gobernanza municipal y nacional y coadyuvar a la lucha contra la
corrupción y la impunidad.
De
acuerdo al defensor del pueblo, la impunidad se manifiesta en el país
cuando no se realizan investigaciones, no se hacen requerimientos
fiscales ni se judicializa o concluyen los juicios, no se aplica la pena,
no se ejecutan las órdenes de captura o la persona no está en prisión.
Debilidades,
que según Herrera Cáceres, se presentan por ineficacia, incapacidad,
complicidad o corrupción.
En
Honduras, la impunidad se manifiesta en gran parte de los delitos cometidos, en
especial en contra de personas de grupos o sectores determinados, como
abogados, jueces, fiscales, periodistas, policías, taxistas, conductores de
buses, mujeres y personas de diversidad sexual.
Honduras
vive una de sus peores crisis de violencia delincuencial
El
informe del CONADEH establece que, en la actualidad, Honduras vive una de
sus peores crisis de violencia, delincuencia, inseguridad, corrupción,
impunidad, desconfianza e incertidumbre, situación que tiende a afectar
negativamente, aún más, el debido cumplimiento y respeto de los derechos
humanos.
Añade
que la vulneración de los derechos humanos en particular contra la vida, la
integridad física, salud, seguridad, trabajo, opinión y libre expresión del
pensamiento, aumentó en los últimos años debido a factores
incidentales como la delincuencia, la corrupción, el crimen organizado y
la impunidad.
Es
lamentable, establece el documento, que el crimen organizado haya
penetrado las estructuras del Estado y se haya perdido la fortaleza de las
instituciones en el país.
En
el mismo se aboga por el fortalecimiento de la institucionalidad del
Estado para hacerle frente a todos esos males que en el presente siglo han
aumentado las violaciones a los derechos humanos en Honduras.
Una
de las acciones emprendidas hasta ahora por los ombudsman integrados en el
Consejo Centroamericano de Procuradores de Derechos Humanos (CCPDH) es instar a
los gobiernos de Centroamérica a reconocer la existencia de desplazamientos
forzados por la violencia y la delincuencia como una grave problemática de
carácter regional.
La
corrupción es una flagrante violación a los derechos humanos
El
Defensor del Pueblo hondureño considera que la corrupción no debe ser vista
únicamente como delito frente al Estado sino como una vulneración a
los derechos humanos por los efectos negativos que causa sobre los
derechos individuales y colectivos de los pueblos.
Señaló
que la injusticia social se genera en el país por la falta de mecanismos
de control de la corrupción y de la impunidad.
En
su criterio, actos de corrupción, como los cometidos en el Instituto Hondureño
de Seguridad Social (IHSS) no deben quedar impunes y los corruptos tienen
la obligación de proceder a reparar los daños causados a las personas
afectadas.
Indicó
que el combate contra la corrupción no solo debe de verse como un fin sino como
un punto que permita, bajo nuevas fórmulas, relanzar al país hacia la búsqueda
del desarrollo nacional.
Insta
a conducir el destino de Honduras por la ruta de la dignidad
Desde
el inicio de la crisis, el CONADEH ha recomendado, con insistencia, un diálogo
cívico entre todos los sectores para propiciar consensos y orientar a la
solución de los problemas de mayor relevancia en el país.
Herrera
Cáceres considera que ese diálogo cívico debe centrarse en resultados
concretos para impulsar el cambio y la transformación en el país.
“La
sociedad democrática tiene que ser inclusiva y, en este sentido, se tiene
que escuchar, a través de un diálogo amplio, ya no solamente a los partidos
políticos sino que también a los diferentes sectores de la población”, expresó.
Finalmente,
destacó la importancia de conducir el destino de Honduras por la ruta de
la dignidad y el bienestar de todos los hondureños.