Lunes 17 de julio de 2017
"Las víctimas de los ataques con ácidos no van a
ser las únicas en arrastrar la condena de por vida". La ministra de
Interior británica, Amber Rudd, ha anticipado un "plan de
acción" contra la epidemia de ataques con líquidos corrosivos en el Reino
Unido, incluida las condenas a cadena perpetua para quienes causen secuelas
físicas irreparables en las víctimas.
La reacción del Gobierno británico se produce tras los cinco
ataques perpetrados en 90 minutos en Londres por dos adolescentes de 15 y 16
años que lanzaron un líquido corrosivo a cinco conductores de ciclomotores
para poder robarles las motos.
Londres se ha convertido en la capital mundial de los
ataques con ácidos, con 455 ataques denunciados en el 2016, frente a 261 el año
anterior. En India, donde los ataques con ácidos están frecuentemente
vinculados a la violencia de género y a los "delitos" de honor, se
registraron 802 incidentes en el 2015.
La reciente oleada en Londres ha disparado doblemente
las alertas de Scotland Yard, volcada en los últimos meses en la prevención de
asaltos a punta de cuchillo (12.075 incidentes el año pasado) y los robos y
tirones desde los "mopeds" o ciclomotores, con más de 7.000
incidentes al año.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan,
ha reconocido que Scotland Yard se encuentra en una situación límite ante el
aumento de la criminalidad y la amenaza de los atentados terroristas, con los
recortes del hasta 20% sufridos en los últimos años por las medidas de
austeridad del Gobierno británico.
La ministra de Interior Amber Rudd ha prometido que el
Gobierno no escatimará recursos en la prevención de la oleada de ataques con
ácidos que sacude todo el país (al menos 400 incidentes entre noviembre del
2016 y abril del 2017).
"Vamos a poner en marcha un plan de acción que
incluya la revisión del código penal para endurecer las sentencias",
anunció Rudd en un artículo publicado en The Sunday Times.
"Vamos a asegurarnos de que todos en nuestro
sistema penal, desde la policía a los fiscales, tienen los poderes que
necesitan para perseguir implacablemente estos horribles delitos".
Rudd anunció también medidas para vetar el acceso a
los productos corrosivos que hasta la fecha pueden adquirirse sin ningún
tipo de cortapisas ni límites de edad en las droguerías y ferreterías. La
secretaria de Interior reconoció que el aumento de su uso como arma letal está
posiblemente relacionado con las operaciones policiales para la prevención de
delitos con arma blanca.
Rudd prometió la creación de un fondo especial de
ayuda a las víctimas, "muchas de las cuales sufren un impacto para el
resto de sus vidas".
Jabwd Hussain, la primera víctima de los cinco ataques
perpetrados el jueves en Londres por dos adolescentes, se considera
relativamente afortunado. El repartidor de UberEats abandonó su ciclomotor y
evitó un segundo ataque que pudo ser letal cuando sintió cómo le quemaba el
lado izquierdo del rostro tras se alcanzado por unas cuantas gotas de ácido
corrosivo.
"He tenido suerte, pero estoy asustado, como
toda la gente que está expuesta mientras hace su trabajo en plena calle",
declaró el reparidor al Canal 4 de televisión. "Vivimos en una de las
ciudades más multiculturales del mundo, pero se está convirtiendo también en
una de las más inseguras".
"Han cambiado los cuchillos por el uso de
ácidos"
Resham Khan, otra reciente víctima de los ataques con
ácidos, ha lanzado desde su cama de hospital una campaña pidiendo acciones al
Gobierno y suscrita ya por más de 444.000 firmantes. Khan, de 21 años y
estudiante en Manchester, se encontraba de visita en Londres con su primo
Jameel Muhktar cuando fueron atacados en el coche en el que viajaban por
un hombre identificado como John Tomlin, que arrojó el líquido corrosivo por la
ventanilla.
Tomlin compareció la semana ante el juez, mientras
Khan sigue hospitalizada desde el 21 de junio con gravísimas quemaduras en la
cara. "Mientras espero a recuperar mi rostro y pese al intenso
dolor, quiero asegurarme de que nadie tenga que pasar por esta pesadilla",
ha declado Khan en el lanzamiento de la campaña.
"Las bandas callejeras han cambiado las pistolas
y los cuchillos por el uso de ácidos que se pueden conseguir online por 6,5
libras (8 euros)", denuncia Khan. "En muchos barrios del Reino Unido,
la gente se encierra en casa ante el miedo de poder sufrir este tipo de
ataques. Este problema tiene que ser eliminado con penas más duras para los
asaltantes y responsabilidades para quienes los producen y comercializan".
"El objetivo de estos horribles delitos es dejar
en las víctimas una huella dolorosa, indeleble y traumática que equivale a una
tortura para el resto de la vida", escribe la columista Deborah Orr
en The Guardian. "Estamos ante un tipo de delito que es un reflejo de
los tiempos implacables en que vivimos, de la falta de empatía y de la ira
creciente que se propaga por nuestra sociedad".