Lunes 17 de julio de 2017
Se acabó lo de cargar con las bolsas de la pareja
mientras ésta se funde la tarjeta de crédito. Un centro comercial de Shanghái
ha encontrado la solución para salvar la armonía de la pareja a la hora de las
compras: una cabina para que el que no consuma pueda relajarse mientras tanto.
En una China presa de la fiebre del consumo, el centro
comercial Global Harbor, que cuenta con numerosas tiendas de lujo, acaba de
instalar cuatro "cabinas de descanso para los maridos".
Estos cubículos transparentes están equipados con un
sillón de masaje y una pantalla en la que el usuario puede ver su programa
favorito o jugar a un videojuego. Cada cabina ha costado 40.000 yuanes (5.150
euros). La cabina puede reservarse previamente por el móvil y la siesta es
gratuita.
"A algunos maridos no les gusta ir de compras o
pasar tiempo con su mujer. Prefieren jugar a la videoconsola o mirar la
televisión", dice Owen Wei, un responsable de la compañía Ingrem, que
instaló estas cabinas, una novedad en China.
"Le dije a mi mujer: vete a comprar, nos vemos
allí", cuenta Liu Tianguo, ocupado en matar marcianitos en una de las
cabinas. "Es cómodo y me relajo mientras ella se gasta mi dinero. Ella
está de acuerdo siempre y cuando no pase demasiado tiempo aquí".