Sábado 06 de mayo de 2017
Miles de personas marcharon este sábado en las
principales capitales de Brasil pidiendo la legalización de la marihuana para
fines medicinales, recreativos y para acabar con "la guerra contra las
drogas".
"Si legalizaran la marihuana, habría una caída
inmensa del tráfico de drogas", dijo a la AFP David Nascimento, un joven
de 22 años que marchó junto a unas 2.000 personas en el acomodado barrio de
Ipanema, en la zona sur de Rio de Janeiro.
"La marihuana es lo que lleva a los jóvenes a
entrar en el mundo del tráfico, porque van a tener que comprar, ir hasta el
traficante, conversar con él y darle el dinero que luego es invertido en
armas", lamentó Nascimento, que trabaja con proyectos sociales para niños
en las favelas de Rio.
Otra de las reivindicaciones fue la legalización del
autocultivo para tratar enfermedades raras.
"Mi hija hace uso medicinal de la marihuana hace
tres años", aseguró Margarete Brito, de 44 años, la primera brasileña que
obtuvo permiso para plantar en casa y tratar así las crisis de epilepsia que
sufre su hija Sofía, de 8 años.
"Falta un camino muy largo para conseguir que
otros pacientes sean autorizados a plantar para hacer su proprio remedio. Hay
varias familias que todavía viven en la ilegalidad, que plantan y hacen su
propio remedio", relató.
En Sao Paulo, unas 10.000 personas participaron de la
movilización, que transcurrió en un ambiente tranquilo, según constató un
fotógrafo de la AFP.
Al son de tambores y con pancartas que rezaban
"paz" y "la marihuana es medicina", otro grupo marchó hacia
el Congreso Nacional en Brasilia, custodiado por un fuerte operativo policial.
Según las autoridades, 500 personas participaron de la
marcha en la capital del país.
En Brasil, la ley establece que, a diferencia de los
traficantes, los usuarios de drogas no pueden ser detenidos, sino que están
sujetos a otras medidas, como una simple advertencia o servicios a la
comunidad.
Pero la legislación no determina a partir de qué
cantidad el usuario pasa a ser considerado traficante, lo que deja la decisión
en manos del juez de cada caso.
Ni el Parlamento ni el gobierno han mostrado señales
de querer cambiar la política antidrogas, basada en la represión.
La Corte Suprema de Brasil inició en 2015 un proceso
para decidir si autoriza o no el consumo personal de marihuana, juzgando un
caso particular que puede tener repercusión general.
Tres de los once jueces del tribunal votaron a favor
de la despenalización, pero el proceso fue interrumpido por uno de los
magistrados, que pidió más tiempo para analizar el caso.
Luis Roberto Barroso, uno de los jueces del máximo
tribunal que defiende la legalización, critica que la ley vigente abre la
puerta a la discriminación.
"Si se trata de un rubio, se lo considera
usuario. Si es negro, es un traficante", criticó Barroso en seminario
reciente.