Jueves 11 de junio de 2015 – 01:10 PM
PARIS (AP) — El exdirector del Fondo Monetario
Internacional, Dominique Strauss-Kahn, dijo a un tribunal de justicia francés
que participó en fiestas sexuales similares a las orgías de la antigüedad
porque necesitaba "sesiones recreativas" mientras estaba atareado
"salvando el mundo" de una de sus peores crisis financieras.
Pero las mujeres participantes eran prostitutas, y
declararon que no se divertían precisamente en esas "escenas
bestiales".
El tribunal de Lille decidirá el viernes si
Strauss-Kahn es culpable de cargos de "proxenetismo con agravantes".
Pese a su testimonio sórdido, muchos expertos creen que será absuelto por falta
de pruebas que demuestren un delito punible.
El fallo será la culminación de un drama legal de
cuatro años para el alto funcionario que comenzó cuando una camarera de un
hotel en Nueva York lo acusó de agresión sexual en 2011, lo que mató sus
ambiciones presidenciales. El caso se cerró con un arreglo extrajudicial.
Strauss-Kahn, de 66 años, se encuentra entre más de
una docena de acusados, inclusive gerentes de hotel, empresarios, un abogado y
un jefe policial. Se les acusa de participación u organización de orgías
sexuales colectivas en París, Washington y la región de Bruselas en 2008-2011,
cuando dirigía el FMI y estaba casado.
De ser condenados, cada uno enfrenta posibles
sentencias de hasta 10 años de cárcel y 1,5 millones de dólares en multas.
Durante el juicio de tres semanas en febrero,
Strauss-Kahn insistió en que no sabía que las jóvenes en las orgías fuesen
prostitutas. Dijo que supuso que eran "libertinas".
El testimonio a veces lloroso de dos prostitutas
arrojó luz sobre las prácticas sexuales del acusado, a veces brutales. Pero
admitieron que nunca le dijeron directamente cuál era su profesión.
Otros acusados dijeron que habían erigido
voluntariamente un muro de silencio en torno de su poderoso amigo para
protegerlo de toda infidencia.
Incluso el fiscal solicitó la absolución de
Strauss-Kahn aduciendo que el juicio no comprobaba el cargo de proxenetismo con
agravantes, que requiere pruebas de que hubiese promovido la prostitución o
hubiese obtenido ganancias con ella. Pero pidió en cambio que fueran condenados
y sentenciados sus coacusados, que admitieron haber organizado los encuentros y
haberles pagado a las mujeres.