Jueves 21 de mayo de 2015 – 09:40 AM
LONDRES (AP) — El primer ministro David Cameron
anunció el jueves sus planes para combatir la inmigración ilegal y reforzar las
fronteras de Gran Bretaña después de que estadísticas oficiales recientes
mostraran un incremento considerable en la llegada de extranjeros.
La emigración neta hacia Gran Bretaña en 2014 fue de
unas 318.000 personas, un incremento respecto a las 209.000 del año anterior,
dijo la Oficina Nacional de Estadísticas.
La cifra es la más alta en una década y resulta de
restar a la cantidad proyectada de extranjeros que llegó al país por un año o
más la cifra de los que partieron en el mismo periodo.
La inmigración se ha convertido en uno de los temas
políticos más divisivos en Gran Bretaña, donde aumenta el número de ciudadanos
que afirma que el aumento en inmigración tiene consecuencias negativas en el
país, desde el empleo hasta la infraestructura social, como vivienda y atención
médica.
En su primer discurso sobre inmigración desde que
ganó un segundo mandato en el cargo en las elecciones generales, Cameron esbozó
medidas para un control más estricto de la inmigración ilegal, como dotar a la
policía de nuevas facultades para que confisquen los ingresos a los inmigrantes
si éstos no tenían derecho a trabajar en Gran Bretaña.
"Un país fuerte no es aquél que levanta el puente
levadizo, sino el que controla adecuadamente su inmigración", agregó.
Según las estadísticas, 641.000 inmigrantes llegaron
el año pasado a Gran Bretaña, un incremento de más de 100.000 desde 2013. De
esa cantidad, poco menos de la mitad procedía de la Unión Europea.
De acuerdo con las normas de la UE, los ciudadanos
del bloque de 28 naciones tienen derecho a vivir y trabajar legamente en Gran
Bretaña.
Cameron centró su discurso en la inmigración ilegal,
aunque no se difundieron cifras oficiales sobre el número de personas que
ingresan o que continúan ilegalmente en Gran Bretaña.
Los bancos estarán obligados a verificar las cuentas
con bases de datos en los que figuran los nombres de inmigrantes de ingreso
ilegal, en tanto que las autoridades locales tendrán las facultades para
agilizar la expulsión de quienes se encuentren sin permiso en el país.
Las empresas tendrán prohibido hacer contrataciones
en el exterior sin haber anunciado los puestos de trabajo en Gran Bretaña.
Cameron se había comprometido antes de los comicios
de 2010 a reducir la cifra neta de inmigrantes a unas "decenas de
miles". Sostuvo el jueves que mantiene ese objetivo a pesar de las nuevas
cifras.