Miércoles 22 de abril de 2015 – 10:50 AM
El carismático delantero mexicano Cuauhtémoc Blanco
se despidió la noche del martes de los terrenos de juego levantando un último
trofeo, para comenzar ahora una nueva carrera política en la que tratará de
capitalizar el inmenso cariño que le guarda la afición azteca.
A sus 42 años, Blanco no pudo despedirse con un gol
a pesar de contar con alguna buena ocasión, pero al final sus compañeros del
equipo Puebla le entregaron el brazalete de capitán para que levantara el
trofeo de la Copa mexicana tras derrotar 4-2 al Guadalajara.
"Me voy muy contento (...) No me duele
retirarme, me duele no ver a la afición", dijo con la voz entrecortada
este delantero que jugó tres mundiales y militó en diez equipos de México,
España y Estados Unidos, aunque su corazón siempre estuvo con el poderoso
América.
El 'Cuau' entró de cambio en la segunda mitad y en
sus últimos 25 minutos de juego todavía practicó unos par de aplaudidos pases
de tacón ante una afición entregada al llamado "ídolo del pueblo".
Dueño de un carácter indomable, este futbolista
criado por su abuela en uno de los barrios más duros de la capital mexicana
logró conquistar en sus dos décadas de carrera una mayor devoción de los
aficionados que la que tuvieron otras figuras mexicanas.
También se le recordará por su regate conocido como
la "Cuauhteminha", en el que retenía el balón con sus dos pies y se
deshacía de los rivales con un salto hacia adelante, y por sus particulares
festejos de gol, como uno en el que imitaba a un perro orinando y otro en el
que se estiró en el césped frente al banquillo rival donde estaba el técnico
argentino Ricardo Lavolpe, con el que estaba enfrentado.
"Al final no sólo es importante cuánto
disfrutaste sino también a cuantos hiciste disfrutar de tu fútbol. ¡Abrazo
macho!", le despidió en Twitter el legendario goleador mexicano Hugo
Sánchez.
- Carrera brillante y polémica -
A Blanco siempre le acompañó la polémica, como
cuando se publicaron fotografías suyas fumando de madrugada en el hotel de
concentración del Tri antes del Mundial de Sudáfrica-2010, además de una fama
de ayudar a las personas necesitadas que se lo pedían.
Pero el orgullo que sintieron muchos mexicanos fue
al ver a uno de los suyos forjando una de las mejores carreras del fútbol
azteca a base de talento y carácter competitivo.
Blanco tuvo "características de gran
futbolista, técnicamente bien dotado, físicamente no tanto, pero genial en
muchos aspectos de su carrera futbolística sobre todo cuando estaba en su
apogeo", escribió el periodista deportivo José Ramón Fernández en el
diario Reforma.
Con la selección mexicana, el delantero disputó los
Mundiales de Francia-1998, Corea del Sur y Japón-2002 y Sudáfrica-2010,
anotando en cada uno de los tres torneos, aunque su máxima conquista fue la
Copa Confederaciones de 1999.
En su trayectoria en clubes, Blanco debutó con las
'Águilas' del América en 1992 y empezó a despuntar un par de años después a las
órdenes del técnico holandés Leo Beenhaker.
En una relación de amor y odio, Blanco jugó en
cuatro etapas con el equipo del estadio Azteca (1992-1997, 1998-2000, 2002-2004
y 2005-2007), con el que logró su único campeonato de liga mexicana en el
Clausura-2005.
En 2000, el delantero probó fortuna en España
fichando por el modesto Valladolid (2000-2002) en una efímera etapa marcada por
una grave lesión.
"Me quedé con la espina clavada de triunfar en
España. No pude", reconoció el martes Blanco.
El delantero logró más regularidad en su paso por el
estadounidense Chicago Fire (2007-2009) de la Major League Soccer (MLS).
Al regresar a México con 35 años, el juego y el
físico del 'Cuau' empezaron a decaer pero decidió mantenerse en activo con
equipos de la segunda división mientras disfrutaba de una enorme popularidad
que le llevó incluso a actuar en una telenovela.
A partir de ahora el futuro de Blanco, al menos el
inmediato, está en el terreno de la política, a la que se lanzó para tratar de
conquistar en junio la alcaldía de la turística ciudad de Cuernavaca (centro),
a 90 km de la capital, por el minoritario Partido Social Demócrata.
"En Cuernavaca es posible un gobierno de
ciudadanos", asegura el ídolo futbolístico al final de su primer anuncio
de campaña, en el que corre por la ciudad con ropa deportiva y audífonos
seguido por un grupo de habitantes.