Martes 14 de abril de 2015 – 02:00 PM
Washington (EFE).- La CIDH mostró hoy su
preocupación por la muerte de al menos 12 presos en episodios de violencia
ocurridos en marzo en tres centros penitenciarios de Honduras e instó al
Gobierno hondureño a emprender "acciones inmediatas" para garantizar
la seguridad en las cárceles y evitar que se repitan esos hechos.
En un comunicado emitido en Washington, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lamentó los "graves hechos de
violencia" ocurridos en marzo en las Penitenciarías Nacionales de San
Pedro Sula, Comayagua y Támara (Tegucigalpa).
"La CIDH urge a las autoridades hondureñas a
implementar acciones que tengan un impacto real en la situación de riesgo en
que se encuentran las personas privadas de libertad", indicó el órgano
autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
"Esto incluye adecuar las condiciones de
detención de los centros de reclusión a los estándares internacionales y
adoptar acciones inmediatas, además de planes a mediado o largo plazo, para
garantizar la vida y la integridad personal de las personas privadas de
libertad en Honduras", agregó la comisión.
Según la CIDH, el Estado de Honduras debe
"garantizar y mantener la seguridad interna de los centros penales y
controlar el ingreso de armas, sustancias ilícitas y la circulación de dinero
dentro de las cárceles".
"Además, debe buscar mecanismos para
desarticular las organizaciones criminales que operan en los centros
penales", añadió.
La comisión se refirió, en concreto, a un suceso del
pasado 11 de marzo en el presidio de San Pedro Sula, donde hubo al menos tres
presos muertos y 31 heridos en un motín generado en el contexto de "un
operativo de traslado de internos".
Además, citó otro motín registrado el 28 de marzo en
la Granja Penal de Comayagua, donde "perdieron la vida dos reclusos y al
menos tres resultaron gravemente heridos", y aseguró que después del
suceso "unos cuarenta y dos reclusos de esa penitenciaría habrían sido trasladados
a otros centros penales".
Por último, afirmó que el 29 de marzo "fueron
asesinados siete reclusos vinculados a la pandilla denominada 'mara 18': cuatro
en la Penitenciaría Nacional de Támara ("Marco Aurelio Soto"), en
Tegucigalpa y tres en la Penitenciaría Nacional de San Pedro Sula",
presuntamente "ejecutados por otros miembros de su propia pandilla".
El sistema penitenciario de Honduras, compuesto por
24 cárceles, es considerado una "bomba de tiempo" por el hacinamiento
y otras condiciones infrahumanas en las que viven los presos, algo que
reconocen las máximas autoridades del país centroamericano.
Además, Honduras es uno de los países más violentos
del mundo, con un promedio diario de más de trece homicidios, según las
autoridades locales, que atribuyen buena parte del problema a las pandillas y
grupos del narcotráfico. EFE