Jueves 23 de octubre de 2014 – 11:00 AM
El papa Francisco pidió
a la comunidad internacional abolir la pena capital, "legal o ilegal y en
todas sus formas", y suspender la aplicación de la cadena perpetua, que es
"una sentencia a muerte escondida".
"Es imposible pensar que los Estados no
dispongan de otro medio que no sea la pena de muerte para defender del
agresor injusto la vida de las demás personas", dijo el pontífice
argentino en un encuentro con miembros de la Delegación de la Asociación
Internacional de Derecho Penal en Ciudad del Vaticano.
Según Jorge Berglogio, "todos los cristianos y
personas de buena voluntad están llamados hoy aluchar no solo por la
abolición de la pena de muerte, legal o ilegal y en todas sus formas, sino
también para mejorar las condiciones carcelarias, en el respeto de la
dignidad humana de las personas privadas de libertad".
El máximo representante de la Iglesia Católica alertó
de la posibilidad de que, al aplicar la pena de muerte, "exista un error
judicial" o sea utilizada por "regímenes totalitarios y dictatoriales"
como "instrumento de castigo a la disidencia política o de persecución
contra las minorías religiosas y culturales".
El Papa, además de referirse a la cadena perpetua
como "una sentencia a muerte escondida", consideró que la prisión
preventiva, "cuando se aplica de forma abusiva antes de la pena", es
"otra forma contemporánea de pena ilícita oculta".
"Las condiciones deplorables en las que se
encuentran los detenidos en diversas partes del planeta constituyen un trato
inhumano y degradante, muchas veces fruto de la deficiencia del sistema
penal, otras de la carencia de infraestructuras y de planificación",
indicó.
Otras, añadió, son "resultado del ejercicio
arbitrario y despiadado del poder sobre las personas privadas de libertad".