Damasco
(AFP)
Diplomáticos
de países occidentales y árabes aumentaron este lunes la presión sobre la
oposición siria, para que supere sus divisiones y asista el mes próximo en
Ginebra a las conversaciones de paz previstas.
El
secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se reúne este lunes con
representantes de la Liga Árabe en París, antes de un encuentro de la oposición
con sus respaldos en los países occidentales y árabes. El emisario de la Liga
Árabe y de la ONU, Lajdar Brahimi, advirtió el domingo de que las conversaciones
llamadas 'Ginebra-2', destinadas a crear un gobierno de transición y a poner
fin a casi tres años de combates, no podrán llevarse a cabo sin la presencia de
una "oposición creíble" al presidente sirio, Bashar Al Asad.
"Existe
un acuerdo para tratar de llevar a cabo Ginebra-2 en noviembre, pero la fecha
no ha sido fijada oficialmente", declaró Brahimi el domingo, después de
reunirse con el jefe de la Liga Árabe, Nabil Al Arabi, en El Cairo.
"Esperamos que tenga lugar en noviembre", agregó Brahimi. Al Arabi
dijo que en principio la conferencia de paz tendrá lugar el 23 de noviembre.
Brahimi hizo
estas declaraciones en la primera etapa de una gira por Oriente Medio destinada
a obtener apoyo para la iniciativa destinada a poner fin a este conflicto que
comenzó hace unos 31 meses y ha dejado más de 115.000 muertos, obligando a
desplazarse a varios millones de personas.
El
experimentado mediador llegará a Irak este lunes y anunció que también viajaría
a Catar, Turquía, Irán, Siria y luego a Ginebra, para conversaciones con
representantes rusos y estadounidenses.
Al Watan, un
diario progubernamental, dijo que Brahimi visitará Siria la semana próxima,
donde ha sido muy criticado por el régimen por haber sugerido un gobierno de
transición después de su última visita, en 2012. Al Watan afirmó que Damasco,
que ha acusado a Brahimi de favorecer a los rebeldes, estaba dispuesto a
recibirlo "siempre que trabaje como un mediador y no como una parte en el
conflicto internacional sobre Siria".
Prudencia
opositora sobre las conversaciones con el régimen
Estados
Unidos y Rusia han tratado de organizar esta conferencia tras el histórico acuerdo
que lograron con Siria para que ese país destruyera sus armas químicas antes de
mediados de 2014. Sin embargo, la oposición ha criticado enérgicamente dicho
convenio, que evitó bombardeos norteamericanos contra el régimen después de un
ataque con gas sarín que en agosto mató a cientos de personas.
La oposición
también pidió a Asad que dimita como parte de cualquier acuerdo, mientras que
el régimen ha insistido en que la cuestión de su partida no está sobre la mesa.
La Coalición
Nacional señaló que sus miembros decidirán en los próximos días si asisten a
las discusiones de Ginebra, mientras que el Consejo Nacional Sirio, un
integrante clave del bloque, amenazó con partir si lo hacen. Aunque la
Coalición asista a la reunión de Ginebra, se ignora si es capaz de aplicar un
acuerdo, después de que docenas de brigadas rebeldes rechazaran a esta
organización colectiva en las últimas semanas.
Mientras los
diplomáticos continúan discutiendo sobre esta reunión, los guerrilleros sirios
aumentaron sus ataques el fin de semana pasado, lanzando un asalto contra un
puesto de control en Damasco y un ataque suicida con camión bomba en la ciudad
de Hama (centro), controlada por el régimen. El opositor Observatorio Sirio de
Derechos Humanos (OSDH) afirmó que 43 personas -32 civiles además de tropas del
régimen- murieron en esos dos ataques.
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